Dinard & viceversa
En la ladera del acantilado, Castelbrac te invita a un paréntesis de rejuvenecimiento del alma y del cuerpo, lo más cerca posible del mar.
Paisajes salvajes, a veces misteriosos, a menudo cambiantes... Grandes playas animadas o pequeños riachuelos discretos... La Costa Esmeralda sabrá seducirte.